Rigoberta Menchú fue la primera mujer indígena en ganar el Premio Nobel de la Paz en 1992. Como un líder de derechos humanos de toda la vida, ha trabajado incansablemente para el pueblo maya y buscado justicia para las víctimas del genocidio guatemalteco. El ejército mató a la mamá, papá, y hermano de Rigoberta durante el régimen dictatorial de los 1970 y los 1989 en Guatemala. Después de que se forzó a huir el país, empezó su campaña internacional para parar la violencia en Guatemala. Los acuerdos de paz se firmaron, Rigoberta volvió a Guatemala, y empezó un movimiento político (WINAQ) que trabaja a conseguir un Guatemala más incluyente y democrático. Se presentó como candidata a la presidencia en 2011.